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Escena inédita Ciega obsesión



Ciega obsesión
Dana Jordan
Jocelyn es la menor de los Barrymore, una familia de juristas de gran renombre en el país. Desde hace unos años vive alejada de todo, de su familia, de su ciudad, de sus amigos y de Sergey Saenko, el único hombre que ha sido capaz de hacerla temblar al imaginarse en sus brazos. Actualmente vive en Chicago, donde trata de abrirse camino en un mundo muy diferente del que conoce, que la ha seducido hasta hacerle olvidar su traumático pasado.
Un asesino psicópata anda suelto por las calles de Chicago. Un fantasma que ha regresado del pasado y que tiene en jaque a las autoridades. La policía de la ciudad necesita un especialista para darle caza, y ese hombre es Sergey Saenko.
Para Sergey no es fácil conciliar una vida al límite de la ley con su obsesión por Jocelyn Barrymore. Un caso complicado le llevará a la ciudad de Chicago, donde ambos se encontrarán de forma fortuita después de mucho tiempo. Mientras el peligro acecha a la vuelta de la esquina, Sergey y Jocelyn se verán arrastrados por el torbellino de una mutua obsesión.


Ciega obsesión


Un movimiento a su espalda la hizo girarse. Iba a decir algo cuando descubrió que era él, que ya se había cansado de tontear con la dependienta y se había colocado donde debía estar, junto a la cortina del probador. Se ajustó el corpiño con las manos, el sujetador sobresalía por el escote y decidió que tendría que usar uno más pequeño. O ninguno. Se deshizo de él, miró de reojo la rendija y supo el momento exacto en el que sus ojos se encontraron, porque un fuego líquido se extendió entre sus muslos, ascendiendo hasta sus pezones que se estiraron como puntas contra la delicada tela. Lentamente, con un malévolo deseo de excitarlo y ponerlo nervioso, paseó los dedos por sus pechos por encima de la ropa como si los acariciara, sin apartar los ojos del espejo, de los suyos que parecían dos ascuas brillantes al otro lado de la cortina. Después, con un insinuante movimiento que le pareció más torpe que otra cosa, lo dejó caer al suelo quedando con la tela brillante formando un círculo alrededor de los pies, vestida solamente con unas minúsculas braguitas blancas que lejos de parecer eróticas, recordaban a las de una colegiala.
Procuró que la melena le ocultara la cara cuando se agachó para recoger la prenda del suelo y colgarla en la percha. Jamás se habría atrevido hacer algo así ni en sueños, se moría de vergüenza, pero algo picante la tentaba a seguir excitándolo. Quería saber cuánto tiempo sería capaz de mantener el control al otro lado. Necesitaba saberlo.
Con un movimiento que pretendía ser sensual, metió los brazos por otro vestido y terminó de ajustárselo con las manos a la cintura y a los pechos. Era de color dorado, de suave seda que se pegaba a sus curvas como si acabaran de confeccionarlo para ella. No sabía mucho sobre cómo seducir a un hombre, y mucho menos cómo hacerlo con alguien como Sergey, pero tampoco había conocido a ningún otro que lograra que su corazón quisiera escapar de su pecho. Él, con solo mirarla, hacía que su carne explotara en ardoroso sudor de placer. Deseaba que la tocara, que aquella excitación que le mojaba entre las piernas se aliviara con el toque de sus dedos. Sus dedos…
—¿Puedes ayudarme con la cremallera, Sergey? Se ha atascado. —Utilizó el truco más viejo del mundo para atraer a un tipo demasiado duro.
Él entró sin apenas mover la cortina, sin dejar de mirarla en el espejo, consciente de que ambos sabían qué era lo que se le había atascado: la sensatez.
Jocelyn sintió el roce cálido de su mano a medida que ascendía la cremallera con una lentitud hipnótica, inmóvil. Sin atreverse a respirar, ni a romper la conexión que se había establecido entre sus miradas, permitió que le apartara el pelo hacia un lado para terminar de cerrar el vestido a mitad de su espalda desnuda. Sus ojos, negros y ardientes como el carbón más puro, brillaron con un destello de deseo. «Solo una vez», se prometió acercándose y derritiéndose contra él. Su tenso cuerpo masculino parecía enviarle silenciosos mensajes eróticos. Sabía que si se movía y permitía que sus nalgas frotaran el frente de sus pantalones, sentiría su miembro duro y preparado.
Sergey no podía pensar en nada que no fuera en ella y la suavidad de su piel que iba cubriendo con el vestido. Lo que realmente deseaba era rasgar la tela de un tirón, pero no quería asustarla mostrándole de qué modo le gustaría desnudarla para poseerla allí mismo, contra la pared de cartón del probador.
El suave aroma de su perfume lo envolvió cuando le apartó la melena para después dejarla escurrir entre sus dedos con la suavidad de una canción susurrada. Había algo que lo cautivaba mientras observaba en el espejo cómo reclinaba la espalda contra su pecho. Tenía la certeza de que si la abrazaba, se amoldaría a sus manos. Jocelyn dio un suspiro en el mismo instante en el que comenzó a acariciarla sin darse cuenta. Sabía que tenía que detenerse, pero no lo hizo. Llevaba toda la vida deseando hacerlo. Su pelo era suave como el de un bebé. No podía creer que estuvieran tan juntos, ni que la estuviera acariciando de aquella manera. De repente, ella se dio la vuelta y él olvidó que no debía mirarla directamente a los ojos. No, cuando todavía estaban tan cerca. La vio posar la mirada en su boca y él entreabrió los labios, luego regresó de nuevo a sus ojos con un claro mensaje en ellos.
Agradecimientos a Dana Jordan

9 comentarios

  1. Wow gracias por la escena inédita <3
    Un beso

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  2. Maravilloso fan art como todos los tuyos. Muchas gracias por todo. Un beso enorme. <3

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  3. Hola nada! Me gusta mucho Ana, y fijo que lo leeré, pero ya sabes que ando en un época rara de lectura y me apetecen ahora mismo otros géneros. Gracias por la escena y el fan super bonito.

    Besos :*

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  4. Precioso el fan, y vaya escena..... Apunta bien, aunque ahora estoy con otros géneros no descarto leerlo más adelante.

    Gracias por la escena, Naca :)

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  5. Hola guapa,
    No he leído nada de esta autora, pero este libro pinta bien así que espero poder leerlo.
    Gracias por la escena inédita.
    Besos

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  6. Me encanta Dana, y esta pareja me llama mucho la atención!!! Seguro que lo leo!!
    Gracias por la escena a las dos!
    Besitos
    #minismilquiliibibiinilsijitidir

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  7. He estado buscando un libro así para leer pero con esta escena no sé, no me llama del todo:(
    ¡Besos!

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