Datos del Libro
Editorial: Esencia
Género: Romántica contemporánea
Fecha de publicación: 12 Septiembre
Precio Papel: 16€
Precio Ebook: 7,59€
Web Autora: Anna Casanovas
Precio Papel: 16€
Precio Ebook: 7,59€
Web Autora: Anna Casanovas
♥Alejandro Cruz es el guitarrista del popular grupo de rock español Malditos Bastardos. Es un hombre misterioso, acostumbrado a conseguir cualquier cosa que se le antoje. Las drogas y el sexo han sido sus fieles compañeros durante años, hasta que sufre un accidente de coche y tiene que someterse a un tratamiento de rehabilitación. Alejandro acepta ingresar en una clínica sólo porque no quiere terminar en la cárcel. Sin embargo, las instalaciones son confortables y los profesionales muy agradables; todos excepto Miranda Porter, la nutricionista. A pesar de que ambos se detestan desde el primer momento, entre ellos va tejiéndose una intensa relación que acabará convirtiéndose en algo llamado amor…
Escena inédita
...
Sin miedo a nada
Semanas
después de ingresar en la clínica Dresler Alejandro y Miranda
coinciden de nuevo una noche en el gimnasio… esto es lo que sucede
después.
<<Alejandro
volvió furioso a su habitación, lanzó la toalla sobre la cama y
paseó frente a la ventana sin dejar de apretar los dientes.
¿Por
qué se detuvo precisamente allí?
Para
ver a Miranda corriendo por la calle.
-Me
largo de esta maldita clínica ahora mismo –farfulló girándose
decidido hacia el armario.
El
fiscal podía meterse el acuerdo por donde quisiera. Ahora mismo, que
le encerrasen en la cárcel no le parecía tan mala idea, ni tampoco
que lo echaran del grupo; Miguel, Héctor y Christian, sus supuestos
“amigos”, podían irse al infierno. Y quedarse allí para
siempre.
Cogió
la bolsa con la que había llegado a la clínica y la abrió, lanzó
dentro un par de camisetas y tiró de los pantalones que había
colgado antes en una percha. Se giró para hacer lo mismo con la
cazadora de cuero, lo hizo sin pensar, y se golpeó la mano izquierda
contra la puerta del armario.
El
dolor fue tan contundente que de repente se encontró de rodillas en
el suelo, reaccionó apoyando la mano derecha en la hoja de madera y
cerró los ojos con fuerza. Notó el sabor de la sangre, se había
mordido la lengua. Respiró despacio y profundamente por la nariz. La
habitación daba vueltas a su alrededor y veía destellos de luz tras
los párpados que mantenía cerrados.
Inhalar.
Exhalar. Inhalar. Exhalar.
No
podía quedarse allí en el suelo toda la noche, aunque durante unos
segundos pensó que tendría que hacerlo.
Abrió
los ojos –otra respiración- y miró hacia abajo.
La
mano izquierda le temblaba y se contraía espasmódicamente. Seguía
sintiéndola como si no le perteneciera y tenía los extremos de los
dedos deformados por el dolor. Parecía una garra.
Y
era imposible que algún día volviera tocar la guitarra.
Se
puso en pie, ignorando que le seguían temblando las rodillas por las
punzadas de dolor que nacían en la mano pero se extendían por todo
el cuerpo, y tras asegurarse de que había recuperado el equilibrio
caminó hasta la cama. Se sentó y cogió la toalla para secarse el
sudor frío que le cubría la frente y la nuca. El dolor empezó a
retroceder, o quizá se acostumbró a él, y soltó el aliento por
entre los dientes.
Miró
la bolsa, que estaba en el suelo frente al armario con unos vaqueros
asomando por un extremo, y se preguntó en qué diablos había estado
pensando.
Si
se iba de esa clínica su vida no tardaría en ser como antes.
Exactamente
igual que antes.
Conciertos,
fiestas, drogas, un nuevo álbum sin canciones con alma, más
conciertos.
Él
ya no quería eso. Sí, sí que lo quería; esa vida era la que sabía
llevar, se sentía cómodo en ella. Dominaba el papel de Jandro Cruz
a la perfección.
<<Ese
no eres tú>>
Sacudió
la cabeza.
Tal
vez no supiera qué quería, o tal vez, aunque no estuviese dispuesto
a reconocerlo, le daba miedo averiguarlo, pero tenía el
presentimiento de que si por algún milagro lograba terminar de meter
sus cosas en esa bolsa, seguiría siendo incapaz de poner un pie
fuera de esa clínica.
¿Por
qué ahora? ¿Por qué precisamente ahora?
¿Por
que Pablo y su equipo de fisioterapeutas le gustaba?
¿Por
que confiaba en las técnicas de rehabilitación de la clínica?
¿Por
que se sentía con la obligación de cumplir con el acuerdo al que
había llegado Lola, su representante, con el fiscal?
No.
nada de eso le importaba lo más mínimo. Tampoco había cambiado
tanto en las últimas semanas, su conciencia parecía haberse
desarrollado solo hacia una persona: Miranda.
Era
inútil seguir negándolo.
Se
tumbó en la cama y cerró los ojos antes de confesarse la verdad a
sí mismo.
<<No
vas a irte porque Miranda ha aparecido con una estúpida guitarra y
te ha pedido que tocases.>>
Al
pensar en ella volvió a sucederle lo mismo que en el gimnasio, la
sangre empezó a arderle en las venas y un deseo ilógico,
inexplicable y espeso se extendió por su columna vertebral hasta
inundarle la mente y saturarle los sentidos. Durante unos segundos se
dejó llevar por esa sensación, por la euforia inherente a la
pasión. Hacía meses que no sentía nada. Nada en absoluto, incluso
había llegado a convencerse de que estaba muerto y no se había dado
cuenta.
Se
había acostumbrado a ese vacío, a ese apatía.
La
música ya no significaba nada para él y ni siquiera era capaz de
componer. A los de la discográfica no les importaba y el resto de
“Malditos Bastardos” no lo sabían. Sólo lo sabía Miguel.
Su
hermano Miguel, la única familia que le quedaba en el mundo y el
único ser humano que lo conocía de verdad… y que todavía no le
había llamado.
<<Es
culpa mía.>>
Abrió
los ojos de golpe, los recuerdos de la horrible discusión con su
hermano, de los meses de distanciamiento, de esa noche en Barcelona
cuando se destrozó la mano, se pelearon por golpearle la mente, y
por primera vez en mucho tiempo Alejandro decidió que no iba a
permitírselo, no iba a ceder ante ellos.
Cerró
los ojos y sin moverse de cómo estaba buscó a tientas la toalla.
Miranda la había tocado así que cuando la encontró con los dedos
de la mano derecha tiró de ella sin cuestionárselo y la acercó a
su rostro.
No
podía pensar. No podía respirar. Otra vez. Unas gotas de sudor le
resbalaron por la sien y por la nuca y una presión se instaló en su
pecho. Inhaló y se imaginó que Miranda estaba allí con él.
Sentirla cerca, o imaginársela a su lado, lo tranquilizó y
enfureció de un modo extraño. No comprendía que esa mujer le
hiciera sentir tanto, pero al menos pensar en ella lo alejaba de sí
mismo. Del pasado y del futuro que había estado a punto de tener.
¿Qué
quería de Miranda? ¿Por qué necesitaba pensar en ella?
Alejandro
no quería besarla. No quería tocarla. No quería hablar con ella.
Quería
arrancarle la ropa y poseerla contra la pared del gimnasio. Quería
sentir el sudor de su piel pegado al suyo y olvidarse de todo excepto
de aquel deseo absurdo e insoportable que solo ella le despertaba.
Quería sujetarle las manos y hacerla enloquecer. Quería meterse
dentro de ella y hacerle sentir lo mismo que sentía él. Quería que
ella lo mirase a los ojo y le explicase qué diablos le estaba
pasando.
Quería
que ella lo besase y le dijese que no tenía nada que temer.
Quería
vengarse de ella por hacerle tener ganas de más.
Apretó
los dedos de la mano izquierda sobre la sábana hasta que el dolor
fue insoportable.
Y
un poco más.
El
dolor le entumeció el cerebro y se durmió.
Miranda
no se permitió pensar en lo que había sucedido en el gimnasio. <<En
lo que ha estado a punto de suceder>>. No se lo permitió
porque si empezaba, no podría parar jamás. No podría dejar de
imaginarse a Alejandro pegado a ella mirándola furioso a los ojos.
No podría dejar de oler su piel, ni de ver aquella gota de sudor que
le había resbalado por la frente. No podría dejar de imaginarse sus
labios apretados por el dolor y por la rabia, y quizá por el deseo.
No podría dejar de sentir su aliento acariciándole la mejilla. No,
no iba a permitírselo porque si empezaba no podría dejar de
recriminarse no haberlo sujetado por la camiseta y haberlo besado.
Y
hacía años que se había jurado no recriminarse nada.
El
único
problema era que era incapaz de decidir qué sería peor; arriesgarse
a conocer mejor a Alejandro, o alejarse de él tan rápido como
pudiera.
Le bastaba con pensar en ambas
opciones para que se le detuviera el corazón y sintiera más miedo
que en toda la vida. >>
Nota autora
Gracias Elena por dejarme un andén de “La Estación de las Letras” para dar a conocer mi última novela, “Sin miedo a nada”, a todos los pasajeros que te visitan. Es una oportunidad increíble y por eso he elegido uno de los momentos más importantes de la relación entre Alejandro y Miranda y he escrito lo que sienten el uno y el otro cuando se separan. Espero que os guste y que después de leer estas páginas salgáis corriendo a por la novela.
Agradecimientos a Anna Casanovas.
hola!
ResponderEliminarno conocía a la autora ni su novela pero tiene una pinta genial, si lo veo por ahí me pararé a mirar
uun beso!
Gracias ratonina por la escena! Y gracias a Anna por compartirla....la novela pinta genial y será mia!!!!
ResponderEliminarBesos
Me gusta!!!me llamo la atención cuando lei la sinopsis y ese escena me ha terminado de decidir . Me lo compro. Gracias por compartirlo con nosotras.
ResponderEliminarBesotes.
El libro me ha encantado, la historia de Alejandro y Mirando es un muy intensa en todos los sentidos, como demuestra la escena que has puesto ;), genial.
ResponderEliminarBesos :*
Tengo muchas ganas de hacerme con el!!!
ResponderEliminarGenial la escena inédita que me muero de ganas por leerlo leches!
Genial sección como siempre
Besos wapiii
^^
Que ganas de leer el libro :)
ResponderEliminarUn besin guapísima
Qué ganas de leerlo. Me ha encantado la escena inédita.
ResponderEliminarBesos.
¡¡Hola guapísima!! Ya estoy de nuevo por aquí!! ^_^ Le tengo muchas ganas a este libro así que en cuanto salga, que creo que es mañana si no he leído mal, me haré con él!! ^_^
ResponderEliminarUn besazo flor!! :)
La verdad es que no me acaba de llamar la atención, quizás le dé una oportunidad:)
ResponderEliminarUn beso!
No me llama demasiado la verdad, pero gracias por la reseña :)
ResponderEliminarUn beso:)
Hace mucho tiempo q no leo nada de Anna Casanovas, este fragmento,hace lo que dijo ella,ir corriendo a apuntarmelo como una segura lectura
ResponderEliminarBesitos
Hola preciosa miaaaa. Quiero leerme algo de esta autora, por lo visto escribe muy bien y tiene historias genialosas, asi que creo que este va a mis pendientes listas de wishlist. Un beso corazon de melon
ResponderEliminarMe ha encantado tu reseña cielo, la verdad es que el libro me ha llamado gracias a tus palabras. Veremos si me hago con él.
ResponderEliminarMe ha encantado tu reseña cielo, la verdad es que el libro me ha llamado gracias a tus palabras. Veremos si me hago con él.
ResponderEliminarYo lo leeré después de leer el libro que le tengo muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes.
Tras leer la sinopsis me sentía algo indiferente respecto a esta novela, pero después de hacer lo mismo con el fragmento...me pica más la curiosidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por mostrarnos esta escena :)
Un fuerte abrazo,
Nimue
No he leído nada de esta autora, aunque sí que la conocía, y lo que nos has dejado me ha gustado. Me gusta como escribe, así que le seguiré la pista.
ResponderEliminarNo he leído nada de esta autora, aunque sí que la conocía, y lo que nos has dejado me ha gustado. Me gusta como escribe, así que le seguiré la pista.
ResponderEliminar¡¡Hola preciosa!!
ResponderEliminarTengo esperando en la estantería "Hotel California" de esta misma autora, hablan muy bien de ella, pero es que últimamente estoy muy vaga para la lectura...
Besos.
Hola cosita guapa!
ResponderEliminarHace un par de días que no me paso porque he estado algo liadilla con la vuelta a la universidad. Pero don't worry be happy que ya estoy de vuelta jaja
Pues la verdad es que no sé de qué libro trata así que no puedo opinar mucho al respecto. Además tampoco me sonaba mucho la autora ni nada. Igual me animo a buscarlo por ahí a ver si me acaba llamando la atención jeje
Un besito :)
Gracias por compartirla :)
ResponderEliminarUn beso.
Hola guapi!!
ResponderEliminarNo se que libro es pero lo que he leído no tiene mala pinta jejeje. Besotes cielo ;)
Me encanto el libro y esta escena.... Uy esta escena... Enhorabuena Estación de Letras, saludos nos leemos
ResponderEliminar