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Fotorreseña Las ricas horas de Jacominus

Las ricas horas de Jacominus Gainsborough
Rébecca Dautremer → Ficha
★★★
¿Ricas horas? ¿Cómo que ricas horas? ¡Digamos más bien toda una vida! La de Jacominus Gainsborough. Las hojas secas del parque, la lluvia, la marea baja. Un traspié, una despedida en el muelle, un encuentro en un jardín lleno de piedras. Un pícnic, varias carreras y la sombra fresca del almendro. Todas esas cosas. Una vida.


 Cuando Beatrix Gainsborough vio nacer a su último nieto, se puso loca de contenta.
—Se llamará como su abuelo —declaró.
—¿No es un nombre muy largo para una cosita tan pequeña? —preguntó la madre. 

—Rubbish, darling! —replicó Beatrix—. Jacominus Stan Marlow Lewis Gainsborough es un nombre ligero y elegante y le quedará de maravilla a esta preciosidad de criatura. 
El señor y la señora  Gainsborough estaban tan contentos con la llegada del nuevo hijo que no quisieron contrariar a su abuela, y por eso llamaron a su hijo Jacominus. Así de sencillo.

Nadie sabría decir con exactitud la fecha de su cumpleaños. Sin embargo, Jacominus nació sin duda un día concreto, y precisamente por estos lares. La señora Gainsborough era la madre, que en la imagen anterior aparece vestida de rojo. Y su esposo, a todas luces, es ese papá de ahí, justo al lado. 

En realidad, pensándolo bien, si Jacominus hubiera nacido en otro lugar y otro día distinto, de otra señora más allá o de ese chivo de allí, Jacominus no habría sido Jacominus. Se llamaría Policarpo o César, Agatón o Byron. O tal vez León. ¿O incluso Napoleón?.
Habría sido más bien aquel otro de azul o la que va vestida de rosa con lunares más allá. ¿O quizá el de las plumas, o el otro de las orejas grandes? O fíjate, podrás haber si TÚ. ¿Por qué no?

El caso es que de quien hablamos en este libro es de Jacominus. Y no de otro.

Por supuesto, en este mundo había un lugar reservado para Jacominus, igual que lo hay para cada uno de nosotros, Solo necesitó un poco de tiempo para tenerlo claro. Y más tiempo aún para encontrar ese lugar.

Jacominus fue aprendiendo cosas de ese sitio día tras día. Aprendió a escuchar...
... a mirar..., a oler... Aprendió a tomar las riendas... ... a ver más allá de sus narices... Aprendió a pensar antes de hablar... ... y a hablar para no decir nada (lo cual no se les da especialmente bien a los niños)... Aprendió a confiar en sí mismo... Y aprendió a ser paciente (sobre todo con Policarpo). También aprendió a tomar decisiones, ... y a dejarse llevar.

Jacominus era pequeño, pero le gustaba lo grande. No corría muy rápido, pero siempre estaba lejos. Es decir, siempre parecía un poco ausente, aunque se encontrara ahí mismo. Los demás le gritaban: "¡Quédate con nosotros, hombre!".

A Jacominus también le gustaba mucho quedarse con los demás. Sobre todo con Policarpo o con César, Agatón y Byron. Y con León y Napoleón también. Y puede que incluso con Dulce, allí al fondo. Pero se lo callaba.

Total, que Jacominus no era muy grande, no corría muy rápido y, la verdad, tampoco saltaba muy alto. Pero le daba un poco igual. Naturalmente no estaba exento de contrariedades. Por ejemplo, no conseguía cazar una mosca. Se sentía incapaz de reprimir un bostezo. No lograba convencer a su madre de que la lluvia solo mojaba a los demás, pero no a él. No conseguía que su abuela le dejara sentarse en lo alto de los cuatro escalones del porche.



Por el camino Jacominus conoció a muchísima gente. Algunos se parecían a él...
... a otros no los entendía. A algunos los quiso sin remedio..., ...con otros se encontraba a gusto. Hubo quien le dio disgustos... Algunos le merecían plena confianza... y de otros debería haber desconfiado. Fueron muchísimos lo que recorrieron con él una parte del camino... A muchos los olvidó inevitablemente... y a otros nunca podrá expresarles todo su agradecimiento.

Por supuesto, no todo fueron momentos felices. Pero pensó que, en definitiva, ya saldría adelante de alguna forma.

En la vida están los que tienen suerte y otros que tienen gafe.
Están los que no entienden ni media
y otros que viven en la inopia.
Están los que solo ven el lado malo.
Y los que no quieren saber nada.
Hay muchos que no se atreven a decir ni mu, bastantes que aprietan los dientes, y un montón que se dan contra la pared.
"Lo importante es intentar no caer en ninguna de esas categorías", pensaba Jacominus para darse ánimos en los momentos de preocupación...
Estaba triste, sí de sencillo.
Y la verdad es que sí, a veces la vida le pareció cruel.



Es verdad que hubo un momento en  el que sus noches estuvieron más llenas de fantasía que sus días. 一¿Será posible? ¿Ahora voy a tener que dormir para soñar? 一se preguntaba Jacominus.

Así pues, a medida que envejecía (León no andaba descaminado), Jacominus volví a encontrarse en paz consigo mismo. Ya no se iba tan lejos. Tampoco hablaba mucho más. Pero ahora sabía decir a sus amigos lo mucho que disfrutaba con ellos. 一Ya lo he entendido 一explicaba一. Todos cambiamos. El tiempo pasa. Es así de sencillo.
一¡Qué lucidez! 一decía León maravillado.
一¡Por fin ha dado con la clave! 一observaba Napoleón con asombro.
Jacominus ya no esperaba nada. Se limitaba a disfrutar, y era estupendo.

Como  cabe imaginar, Jacominus, que empezó siendo realmente pequeño, había llegado a viejo. Corría todavía menos rápido y saltaba aún menos alto. Empezaba a encogerse y a hacerse otra vez muy chiquitito. Ya no hablaba nunca. Guardaba sus fuerzas para lo más importante; escuchar otro rato el soplo del viento en los árboles del parque. Recordar el ruido de la lluvia en el porche. Rememorar la algarabía de los niños en el patio del colegio. Vislumbrar la huellas húmedas de las gaviotas en la arena con la marea baja. Quería volver a oír el bullicio de la multitud los días de carrera. El chasquido de la sombrilla de Dulce Vidocq. La sirena del barco que sale del puerto. Los pasos cansados de sus amigos en la nieve. El canto de los jilgueros en el cementerio más bonito del mundo. El vestido de Dulce enganchándose en las flores del campo. Otro poco de lluvia sobre el pavimento. Una vez más los pasitos, los llantos y las risas de June, Nils y Mona. La música de sus sueños más extraordinarios. Y la piedra que, un verano, resuena en el derrumbadero de la montaña.

一Eso es lo más importante 一decía en un susurro.
Y, cuando hacía un esfuerzo de concentración, podía oír mismísimo Wallace Mac Gregor diciendo: ㄍFire and Brimstone! You it rigth Jaco, you got it right!》

Hasta que llegaron un año y un día de primavera. Un día del que no se conoce la fecha exacta. Un día en el que Jacominus pensó: ㄍNo he sido ningún héroe, y mi vida ha sido sencilla. He vivido una vida modesta, valiente y plena. Una hermosa vida que ha cumplido con creces su cometido.》 


Opinión personal

Las ricas horas de Jacominus es un paseo por la vida, un camino a recorrer donde se nos  plantea una reflexión sobre nuestro paso por esta. El protagonista de esta historia es un gran soñador y se pasa los días en las nubes creando historias, hasta que empieza a crecer y madurar siguiendo los pasos dictados por la propia naturaleza; ir a la escuela para luego trabajar, pasando por una guerra donde pierde a seres queridos y lo llevan a sentir el duelo de la pérdida, hasta encontrar a su compañera de vida y la crianza de sus hijos. Llegados a este punto, Jacominus reflexiona en su madurez sobre sus sueños de juventud llegando a la conclusión de que aún si haber visto cumplidos todos ellos, ha sido lo suficientemente feliz durante su vida y el camino recorrido hasta llegar al momento donde se encuentra. 

Rebecca Dautremer nos vuelve enamorar con una obra a todo color, con ese punto de realismo tan característico de ella y que traspasa las páginas. Una obra entrañable, delicada y soñadora que es un dulce en sí misma, una bonita historia llena de matices y reflexiva que dejará al lector con un buen sabor de boca.


3 comentarios

  1. Holaaa!!!
    Ayyy que linda reseña, me encanta como la acompañaste con fotos, te quedó hermosa <3<3
    Me alegro que hayas disfrutado del libro <3

    Un beso grande, nos estamos leyendo!!

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  2. Hola mi chica guapa❤

    Aix tia, me parece tan bonito y adorable este libro, como todos los que tiene publicados esta editorial ^^

    Gracias por la bonita reseña.

    Un besazo, nos leemos^^

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